Estamos en Pakistán camino del mítico K-2, la segunda montaña más alta de La Tierra, posiblemente la más difícil, la que me falta para completar las “cinco grandes”.
Y digo estamos porque me acompañan cuatro compañeras del club Una a Una: Mariví, Cristina Charo y Mariajo, que harán conmigo el treking de aproximación hasta el Campo Base.
También me acompañará el gran Luis Soriano, buen conocedor del Himalaya y magnífico reportero gráfico que documentará audiovisualmente la expedición.
Tras dos lluviosos días en Islamabad emprendimos un calamitoso viaje en autobús hasta Skardu. Una tormenta de nieve nos bloqueó y tuvimos que pasar incontables horas en el vehículo a 4000 metros de altura. Parece que el K-2 quiere empezar a torturarnos ya desde la distancia.
Ahora toca seguir viaje hasta Askole donde terminará la “fase turística” de nuestra aventura y empezará la parte deportiva. Esperamos que el tiempo mejore y nos permita recuperar horas de sueño y terminar de hacernos al horario, la altitud, la comida, etc.
Ya he tenido contacto con el representante de la agencia nepalí que vela por la expedición y ya tengo sherpa asignado: el mismo que habitualmente acompaña a mi buen amigo y colega Carlos Soria (curiosamente también Luis Soriano acostumbra a viajar con Soria y documentar sus logros en el Himalaya).
Ya empezamos a mirar de reojo hacia el gran norte, donde el Karakorum nos espera con sus enormes glaciares y sus cumbres majestuosas.
Parece que el tiempo mejora y nos dará un respiro. Ojalá, cada migaja de energía y tiempo que podamos ahorrar ahora puede ser muy valiosa más adelante.
La moral del grupo es alta y el buen entendimiento será nuestro aliado más precioso. Otra gran aventura en el Karakorum comienza.
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